A la multinacional Ford no le ha
temblado el pulso para aplicar la peor de las sanciones contra Paqui Cuesta, el
despido. Tras 32 años trabajando en la fábrica de Almussafes, la Secretaria
General de la sección sindical de CGT en Ford-España, fue llamada el pasado 9
de junio a Dirección. El responsable de Recursos Humanos le entregó la carta de
despido que supuso la inmediata salida de la delegada del centro de trabajo,
custodiada por un encargado.
El fulminante despido, que va a ser
recurrido por nulo al tratarse de un claro caso de persecución sindical y de
atentado contra la libertad sindical, es el colofón a una carrera de acoso,
sanciones injustificadas, cambios de puesto de trabajo arbitrarios, errores en
las nóminas y persecución que comenzó a raíz de que la empleada decidiera
encabezar, hace 3 años, la candidatura de la Confederación General del Trabajo.
Contra Paqui Cuesta, la Ford ha
abierto en sólo 3 años 4 expedientes, de los cuales uno fue cancelado al perder
la empresa el juicio, otro fue retirado directamente al no poder fundamentarlo
y dos están pendientes de juicio (uno por ser recurrido y otro porque el juicio
se celebrará en el mes de octubre).
El despido de Cuesta, una medida
ejemplarizante para evitar la contestación sindical a la cada vez más agresiva
política laboral de la multinacional (con ritmos de trabajo insostenibles, no
renovación de los contratos de relevo, Expedientes de Regulación de Empleo
injustificados) ha sido llevado a cabo cuando sólo faltan 9 meses para las
próximas elecciones sindicales. Así, Paqui, una sindicalista que goza de un
gran prestigio entre los trabajadores (en las últimas elecciones, la lista de
CGT consiguió el triple de votos en relación a los afiliados con que cuenta el
sindicato) no podrá formar parte de la candidatura.
Pero la Secretaria General de CGT
en Ford, no es la única contra la que Ford está desempeñando una ofensiva. En
la primera quincena de mayo, dos delegados más de CGT han sido expedientados.
Un hecho que contrasta con los 40 delegados de la UGT a los que jamás se
sanciona y que, en muchos casos, ni siquiera tienen la obligación de
presentarse en su puesto de trabajo.